Durante estas vacaciones es posible que hayas notado cambios en tu piel. Es muy frecuente notar deshidratación, o sensación de sequdad y tirantez, y el cambio estacional tiene mucho que ver.
Saber distinguir entre una piel seca y deshidratada es básico para poder adaptar nuestra rutina facial a la primavera y conseguir una piel luminosa y jugosa.
La piel deshidratada es un estado temporal de la piel y puede afectar a cualquier tipo de piel desde la seca a la piel grasa. Se debe a una carencia de agua en la piel.
La piel seca es un tipo de piel pero también puede darse de forma ocasional por ejemplo en pieles mixtas que tengan una carencia de aceites.
Si crees que es tu caso sigue leyendo y descubre las claves para distinguir si tienes la piel seca o deshidratada.
PIEL SECA
En este caso tu piel necesita aceites, y estas son algunas características que encontramos en este tipo de piel.
Los poros son pequeños.
Sientes la piel tirante.
Sufres descamaciones.
La piel aparece apagada
No está jugosa
La piel no puede absorber tus cremas y sérums fácilmente.
La piel aparece irritada.
PIEL DESHIDRATADA
En este caso tu piel está atravesando un episodio de deshidratación y necesita agua.
Notarás que tu piel está deshidratada si:
La piel aparece seca y tirante pero puede darsee el caso de que las pieles grasas presenten brillos y brotes de acné.
La piel absorbe rápidamente sérums y cremas, se las «bebe».
El maquillaje de la mañana desaparece muy rápido a lo largo del día, y se queda parcheado. Esto se debe a que la piel absorbe el agua presente en el maquillaje debido a su necesidad de hidratarse.
La piel aparece pálida
Se puede sufrir incluso dolores de cabeza.
La mayoría de nosotros en algún momento ha atravesado por estados de piel deshidratada.
Puede afectar:
El ambiente: viento, aire frío, demasiado sol, calefacciones, aires acondicionados.
Nuestros niveles de hidratación: Consumir alcohol y cafeína, o no beber suficiente líquido.
Nuestro estilo de vida: estrés, una rutina de belleza inadecuada, fumar.
Cambios hormonales ocasionados por embarazos, ciclo menstrual o menopausia.
Si te has visto reflejada en algunos de estos síntomas, aquí tienes algunos consejos que pueden ayudarte para tratar tu piel:
Busca productos que sean específicamente hidratantes o nutritivos.
Aplica aceites y bálsamos en tu rutina.
No uses productos astringentes y evita exfoliaciones frecuentes.
Busca productos con ácido hialurónico, tanto si tienes la piel deshidratada como seca.
Espero que te haya ayudado a identificar cómo tienes la piel.
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