Quizás has oído hablar de las consecuencias del estrés en la piel, pero ¿sabía que también puede provocar flacidez?
La hormona del estrés, así es como se llama coloquialmente al cortisol, es liberada en momentos clave que nuestro cuerpo identifica como “lucha o huída” . Se acelera el pulso, el corazón bombea más rápido para que llegue más oxígeno al músculo, libera glucosa para tener más energía y un sinfín de reacciones metabólicas para garantizar la “supervivencia”
El problema viene cuando esta liberación de cortisol es constante, por vivir en una situación de estrés mantenida. Este exceso de cortisol desencadena una respuesta inflamatoria que puede originar rosácea, eccema, acné y brotes, ya que una de las consecuencias de elevados niveles de cortisol es que nuestra función barrera se ve debilitada, siendo más vulnerable a las infecciones.
Sin embargo otro efecto a largo plazo ocasionado por el estrés y quizás menos conocido es su relación con la pérdida de firmeza.
Niveles de cortisol elevados en el tiempo produce arrugas, flacidez y tez apagada.
El motivo es que se produce una aumento de las metaloproteinasas, unas enzimas que degradan el colágeno y la elastina, responsables del sostén de la matriz celular. Si el colágeno y elastina se degradan a una velocidad mayor a la que se sintetizan de nuevo, el resultado es una piel menos firme y tersa, con más arrugas y debilitada.
Otra de las consecuencias del estrés crónico es la liberación de glucosa, originando una reacción llamada glicación y directamente relacionada con la pérdida de firmeza. Cuando hay un exceso de glucosa en sangre, ésta se adhiere a las fibras de colágeno y elastina, perdiendo así sus funciones estructurales, haciéndolas más rígidas y ocasionando el envejecimiento cutáneo. Es otro de los motivos por el que se recomienda evitar el consumo de azúcar en nuestra dieta, para mantener así una piel sana y firme y evitar la glicación.
Visto ésto,mantener el estrés a raya se hace fundamental para mantener una piel sana.
Llevar una dieta saludable, cargada de antioxidantes, practicar ejercicio regularmente, practicar mindfulness o meditación, yoga o pilates son hábitos que nos van a ayudar a prevenir el estrés y sus consecuencias en la piel.
Recientemente he descubierto lo útil que es para este fin, practicar un tipo de respiración que procede de pranama yoga.
Puedes hacerlo varias veces al día, y sobre todo antes de dormir es súper beneficiosa para relajarse y conciliar el sueño.
Es la respiración 4-7-8. Consiste en inhalar contando hasta 4, mantener la respiración contando hasta 7 y exhalar contando hasta 8, asi varias veces seguidas. Te sorprenderá lo bien que te sientes.
Para mi, otro aspecto fundamental para relajarme es seguir un ritual de belleza. Si utilizas los productos adecuados además de relajarte y alejar el estrés, tratarás la piel previniendo la pérdida de firmeza.
Incorpora en tu rutina facial antioxidantes, humectantes como ácido hialurónico, aceites vegetales precursores de colágeno y realiza cada noche un masaje facial. A mi me encanta hacerlo con gua sha, pero puedes hacerlo con las manos realizando movimiento ascendentes mientras masajeas tu aceite o sérum.
Tomar suplementos diariamente.
Las cápsulas de omega-3 son muy beneficiosas para equilibrar los niveles de estrógenos y testosterona.
La síntesis de colágeno y elastina disminuye si no tenemos los niveles necesarios de estrógenos.
También son muy beneficiosos las semillas de linaza y brotes de brócoli.
Espero que os haya sido útil. No dudes en suscribirte si quieres recibir artículos como éste en tu bandeja de entrada.
Un abrazo,
Elena
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