Una de las claves para una piel radiante, es que el flujo sanguíneo llegue correctamente a nuestra piel cargado de nutrientes y oxígeno.
Los estudios muestran que cuando llegamos a los 70 años tenemos un 40% menos de vasos sanguíneos que a los 20 años. Esto supone que cada vez llegan menos nutrientes y oxígeno a nuestra piel, dando lugar a una piel opaca.
Para potenciar la luminosidad y conseguir una piel radiante pon en práctica este truco.
Se trata de poner la cabeza boca abajo cada día antes de acostarte durante dos minutos.
Puedes hacerlo contra una pared, sentada en una silla,tumbada en una cama descolgando la cabeza por el borde , o bien haciendo la postura de “perro boca abajo” del yoga.
De este modo el flujo sanguíneo llega de forma efectiva a la piel recargándola de oxígeno y nutrientes. La base es la misma que la del masaje facial, estimular la circulación sanguínea en el rostro, pero en este caso sin realizar fricciones, lo que puede ser beneficioso para pieles sensibles y con tendencia a irritarse.
Las pieles morenas que en invierno tienen un tono oliva, notan especialmente los beneficios porque la piel adquiere un tono rosado.
Si piensas que te va a dar pereza intenta verlo como un paso previo antes de irte a la cama, para hacer entrar a tu mente en modo descanso.
Espero que lo pongas en práctica y me cuentes los resultados.
Deja una respuesta