El término enzima nos resulta muy familiar, como mínimo te sonará de haberlo escuchado en las clases de ciencias del colegio.
Las enzimas son indispensables en nuestro organismo ya que permiten el desarrollo de muchas reacciones químicas.
Gracias a las enzimas tienen lugar funciones metabólicas como la digestión.
En los últimos años, es bastante frecuente encontrarlos en productos del cuidado de la piel y hoy te cuento por qué es un ingrediente súper interesante y cómo puedes incorporarlo a tu ritual de belleza.
Las enzimas son proteínas, formadas por aminoácidos, y como hemos dicho, su función es intervenir en diversos procesos fisiológicos.
En el cuidado de la piel son beneficiosas porque tienen función exfoliante, potencian la reparación celular y son compatibles con otros ingredientes, además facilitan la comunicación entre membranas celulares.
Su principal y más beneficiosa acción es su capacidad exfoliante.
Las enzimas descomponen la queratina presente en las células que forman la capa córnea, la capa más externa de nuestra piel, desprendiendo las células muertas. Después de aplicar un cosmético que contiene enzimas, la piel está mas suave, pero además esta exfoliación previene la hiperpigmentación y la aparición de brotes de acné, ya que mantiene el folículo limpio sin células muertas que obstruyan el poro.
Otras funciones de las enzimas:
Potencia la reparación celular.
Se unen a moléculas reparadoras del ADN, capaces de revertir el daño solar y el envejecimiento.
Es un activo seguro para las pieles sensibles.
Aquellas pieles reactivas o con rosácea pueden utilizar productos con enzimas ya que es una forma mucho más suave de exfoliar sin provocar irritación o efectos secundarios.
Funciona bien y es compatible con la mayoría de ingredientes activos.
Protege la función barrera.
Las enzimas mantienen el pH neutro de la piel por lo que nuestro manto lipídico se refuerza cuando usamos productos con enzimas.
Cómo incorporar las enzimas en tu rutina.
Al igual que todos los productos exfoliantes o renovadores debes introducirlos poco a poco.
Lo ideal es tras un tratamiento puntual, y si lo has tolerado, empezar dos veces por semana.
Aunque son compatibles con la mayoría de ingredientes activos, recomiendo no usarlo en el mismo momento del día que el retinol, ya que puede haber descamación o inflamación.
Cómo usar las enzimas.
Es importante cuando busques productos que contengan enzimas, que estén en una concentración adecuada para que realice su función de forma efectiva, de nada sirve comprar un producto buscando una acción exfoliante y renovadora si está al final del listado INCI de ingredientes.
En la foto que ves a continuación, puedes leer el listado de ingredientes INCI de Resurfacing Gommage Mask de Jane Apothecary. Las enzimas frutales de papaya, mango y banana, están en la primera parte de la fórmula.
Otros enzimas que puedes encontrar en los productos, son aquellos derivados de la piña o la calabaza.
Si decides incorporar este ingrediente, búscalo en productos que se retiren con agua, nunca que permanezcan en la piel todo el día.
Por ejemplo, opciones buenas de productos que contengan enzimas son los limpiadores o mascarillas , evitando así cremas hidratantes o sérums que contengan estos activos y que permanecen en la piel.
Si tienes la piel muy grasa con brotes de acné, asegúrate de aplicar la mascarilla con la piel bien limpia, para que el exceso de aceites presentes en la piel no interfiera en su penetración.
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