Adoro el bálsamo limpiador.Desde que lo incorporé a mi rutina de belleza diaria, me ha sido imposible renunciar a él.
Durante mis años explorando cosmética he utilizado todo tipo de productos. La opción que más me convencía era la limpiadora en espuma. Me dejaba una gran sensación de limpieza pero después de unos años, cumplidos los 30, tras limpiarme el rostro, mi piel pedía hidratación a gritos.
Empecé a darme cuenta de que necesitaba algo más hidratante.Entonces los bálsamos aparecieron en mi vida y nunca más se fueron.
Tan sólo no recomendaría utilizar bálsamos limpiadores a pieles muy jóvenes y grasas. Pero el resto(analizando la piel previamente si tiene alteraciones concretas) se pueden beneficiar de este tipo de producto, incluso las pieles más sensibles.
Muchas amigas cuando ven la textura del bálsamo limpiador, me dicen “venga, qué hago” otras sencillamente alucinan al ver una limpiadora “sólida”. Tan sólo hace falta unos minutos para que se enamoren de la textura y de los resultados. Eso sí, si eres perezosa a la hora de cuidar la piel, opta por otro tipo de textura.
¿Quieres saber como se utiliza un bálsamo limpiador?
Primero tienes que coger un poco de bálsamo con lo dedos, como si cogieras tu hidratante.
Ahora hay que templarlo entre los dedos y verás que se convierte en aceite.
Hay que masajear suavemente sobre el rostro SECO(este punto es importante) realizando movimientos circulares.
Generalmente los bálsamos están enriquecidos con deliciosos aromas procedentes de los aceites esenciales, así que puedes aprovechar para relajarte mientras lo aplicas.
A continuación coge una toallita o muselina y humedecela en agua caliente.
Retira suavemente el limpiador hasta que la piel quede totalmente limpia.Vuelve a realizar la operación de humedecer la toallita las veces que sea necesario.
El resultado es una piel perfectamente limpia e hidratada.
Te animas a usarlo?
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