El otro día leí en el libro “The Nature of Beauty” de Imelda Burke, una anécdota que me resultó graciosa porque me vi reflejada.
Hace referencia a un anuncio publicitario para pieles con acné.El anuncio decía: ¿Tienes poros? a lo que la escritora respondía “Si, afortunadamente tengo, necesito expulsar grasa y sudor por algún sitio”.
Aunque es un poco exagerado la escritora hace referencia a la obsesión en la industria de la belleza para hacernos ver que tenemos que reducir el tamaño del poro.Estamos de acuerdo en que nos encantaría tener una piel fina y delicada, y que no es estético que se noten mucho los poros. Particularmente aquellas que hemos pasado por un acné severo de jovencitas y ahora tenemos la piel mixta, tendemos a tener los poros mas dilatados y en bastantes ocasiones me preguntaban, si usaba algo para “cerrar el poro”.
Lo que no te cuentan es que una vez que limpias los poros, ya sea manualmente o bien con betahidroxiácidos como el ácido salicílico, es muy difícil volver a disminuir su tamaño, el poro se dilata.
Es fundamental mantener una buena higiene, y los poros limpios, ya que llaman mucho menos la atención y previenes la infección y posterior formación del grano.
Es bueno tomar alimentos ricos en vitamina A y vitamina C que intervienen en la formación de colágeno y ayudan a fortalecer la pared de los poros y así disminuir el tamaño.El tomate y la zanahoria son fuente de vitamina A.
Usar mascarillas de arcilla blanca o verde(astringentes)y realizar exfoliaciones periódicas para eliminar las células muertas son buenas estrategias para minimizar su visibilidad.
Como en casi todo en lo referente a belleza,la constancia es algo fundamental para mantener la piel libre de impurezas y el poro limpio.
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