“Tengo la piel sensible”. Dicen los dermatólogos que este término a veces es autodiagnosticado en exceso. Lo que ocurre es que muchas veces se confunde el termino “piel sensible” con “piel sensibilizada“.
Si exfolias la piel en exceso o usas limpiadores inadecuados puedes debilitar el manto lipídico y provocar rojeces y descamaciones. La piel en estas condiciones está desprotegida y es susceptible a infecciones por bacterias o a cualquier producto cosmético que siempre habías tolerado bien. Este estado transitorio puede remitir simplemente incorporando una rutina facial que se adecue a tu piel, que en este caso está sensibilizada.
Sin embargo la piel sensible es un tipo de piel. Propensa a enrojecimiento, sequedad e irritación. Cuando aplicas un producto puedes notar hormigueo, escozor e irritación.
Ésto se debe a que la capa externa de la piel, el estrato córneo, es más delgada de lo habitual, y por lo tanto más débil. Este tipo de piel no es capaz de mantener la humedad y actuar como barrera protectora, una de sus funciones clave.
Debido a que la capa córnea es fina, el agua de las capas más profundas se evapora con facilidad. Son pieles que se deshidratan rápidamente.Y no sólo eso, también es más fácil que penetren en la piel alérgenos y contaminantes, que causarán más irritación.
Así que aunque la piel sensible no se puede cambiar sí puedes tratarla adecuadamente para paliar los síntomas. Hay que centrarse en reparar continuamente la barrera cutánea, con ingredientes calmantes como avena, caléndula y manteca de karité. Evitar alcoholes e ingredientes astringentes.
Busca fórmulas que sean compatibles con rosácea y eccema.Ya que es una garantía de que están formulados con ingredientes calmantes que restauran el manto hidrolipídico de la piel. Evita los scrub o exfoliantes con partículas y lavar la piel en exceso con fórmulas astringentes.
¿Cómo saber si tienes la piel sensible o sensibilizada?
A veces es difícil. Pero si sientes la piel reactiva, te lavas la piel más de dos veces al día con jabón, y utilizas exfoliantes dos o más veces por semana, es posible que tu piel esté sensibilizada. Para conseguir que vuelva a la normalidad tienes que dejar los exfoliantes hasta que la piel se equilibre, y ser paciente, el ciclo de vida de las células de la piel es de seis semanas. Una vez que tu piel esté en equilibrada opta por limpiadores suaves y reduce la frecuencia de exfoliación.
Y tú, ¿Crees que tienes la piel sensible?
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