En el momento que empezamos a aligerar nuestro armario, también es el momento de revisar nuestra rutina de belleza y adaptarla a la nueva estación, quedan diez días para primavera, y nuestra piel acusa los cambios estacionales.
Aunque la transición del invierno a la primavera no es tan dura como otros cambios de estación, siempre debemos prestar especial atención a nuestra piel, ya que a medida que cambia el entorno, las necesidades de nuestra piel también lo hacen.
Y para nada estoy hablando de renovar por completo tu rutina de belleza y desechar todos los productos que estás usando ahora mismo, simplemente se trata de pequeños ajustes que tu piel agradecerá. La finalidad es refrescar tu piel para que deje atrás el estrés invernal.
Sigue leyendo si quieres conocer cómo adaptar tu piel a la primavera.
En invierno nuestra piel está sometida a calefacciones que crean un entorno asfixiante para nuestra piel. El aire seco extrae la humedad de nuestra piel, deshidratándola y por tanto generando células muertas que se van depositando en la capa más externa de nuestra piel.
Generalmente cuando termina el invierno, las pieles presentan diferentes problemáticas.
La piel está opaca debido a que nuestra piel está recubierta de células muertas que no reflejan la luz del mismo modo.
Aparecen líneas finas de expresión más marcadas en el contorno de los ojos y en la frente. Se acentúan durante el invierno debido a la deshidratación.
Poros obstruidos. Suele ocurrir en aquellas pieles mixtas o grasas que siguen produciendo unos niveles altos de aceite. La pérdida de agua de la piel debido a las calefacciones da lugar a células muertas que se depositan sobre la poros obstruyéndolos y dando lugar a granitos y brotes de acné (de ahí que muchas personas se sorprenden por tener la piel deshidratada pero también acné).
Nuestra piel está más sensible. Debido a esta pérdida de humedad, nuestra barrera de protección se ve comprometida originando pequeñas grietas invisibles que permiten el paso a agentes infecciosos.
Para atenuar estos aspectos de nuestra piel tan típicos de la transición del invierno a la primavera tienes que tener en cuenta:
La hidratación.
Aunque hay pieles que requieren lípidos y aceites en la rutina de mañana y noche todo el año, otras en cambio necesitan aligerar la hidratación, y por ejemplo dejar los aceites sólo para la noche y usar por las mañanas una crema hidratante más ligera con una base acuosa. Esto no debe ser un cambio a realizar de forma brusca sino en base a como vas sintiendo tu piel con el avance de la primavera. Es un buen momento para incorporar ingredientes como ácido hialurónico.
Si optas por cremas hidratantes, aunque tengas la piel grasa o mixta y pienses que en primavera vas a tener más brillos, evita el término”matificante”. Opta por cremas y sérums ligeros que contengan ácido hialurónico que ayudan a sellar la hidratación.
La exfoliación.
Es el momento de empezar a exfoliar la piel una vez a la semana para eliminar las células muertas que se han ido depositando en la capa córnea debido a la deshidratación. La acumulación de células muertas hace que la piel se vea opaca y que se obstruyan los poros ocasionando acné. Recuerda hidratar siempre bien la piel tras la exfoliación con un buen sérum o aceite.
Incorpora antioxidantes.
Son clave para proteger la piel del daño solar, luchar contra la oxidación celular y bloquear los radicales libres. Si en invierno no has usado productos que los contengan, es el momento de buscar productos con vitamina C,vitamina E, té verde, cúrcuma o resveratrol. Aportan mucha luminosidad y jugosidad a la piel.
Incorpora esencias, brumas o mists en tu rutina de belleza.
Es una forma muy eficaz de aportar agua a la piel y mantenerla hidratada sin usar productos más pesados.
Puedes usarlos solos, después de la limpieza facial, debajo del sérum o hidratante. Incluso encima del maquillaje. Es un producto muy versátil. Evita los que contenga alcohol, que deshidratan la piel.
SPF siempre.
Si piensas que la protección solar es solo para el verano, ya sabes que opino que no, que la protección solar hay que llevarla todo el año. Pero si en invierno no la usas, la primavera es la estación ideal para buscar esa protección solar adecuada para ti. Es fundamental para prevenir el envejecimiento celular y evitar el daño de nuestras proteínas de sostén como colágeno y elastina.
Mi recomendación aquí es que uses siempre una protección solar específica, no una crema que contenga protección solar. Las cremas con protección solar tienen un índice muy bajo de proteección y dan una falsa sensación de seguridad.
Además, si te tocas frecuentemente la cara, el maquillaje se va retirando poco a poco. Esto significa que a media mañana habrás perdido gran parte de esa protección. Lo mejor aplicar una crema protectora SPF 50, después de la hidratación y antes de tu base de maquillaje.
Mascarillas hidratantes
Es una forma muy agradable de calmar e hidratar la piel en tiempo récord. Toma el hábito de aplicar una mascarilla con ingredientes calmantes, y humectantes un par de veces a la semana.
CONCLUSIÓN
Especialmente estas semanas observa tu piel. Ajusta la hidratación combinando tus cremas, aceites y sérums. Incorpora, antioxidantes, esencias o mascarillas hidratantes. No te olvides de exfoliar periódicamente y hacer de la protección solar un básico de tu rutina.
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